Fuimos a visitar un vecino de la cuadra con mi hijo mayor...que por entonces tendría 4 años.Don Ayala se encontraba ,como todo hombre de campo... tomándose unos mates... leyendo el diario y fumándose un cigarrillo que él mismo había armado.
Tenía en su patio una gallina con pollitos
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Mi hijo comenzó a jugar con ellos y extasiado se quedaba mirando los pollitos, conocedor del alma de los niños ,el hombre le dijo llévate uno pero te lo presto cuando sea grande y fuerte me lo devolves...
Los ojitos de mi hijo brillaron y me miro fijamente para ver mi reacción que por supuesto, estando entre la espada y la pared no me quedo otra que decir que si.
Muy feliz lo llevamos a casa.
Claudio así lo bautizo mi hijo, comenzó a crecer, mi esposo le arreglo un gallinerito para colocarlo y resulto un hermoso gallito .
Su particularidad era que siempre a las 5 cantaba y cantaba .
Mi hijo era feliz.
Lo único que cantaba a las 5 pero de la tarde .
Así creció y creció
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Su plumaje era hermoso brillante, su cresta bien roja, su andar con muchísimo garbo.
Cuando menos lo pensamos Don Ayala se acordó del gallito Claudio y lo pidió de vuelta.
No hubo mas remedio que devolverlo, ante tristeza de Anibal que muy educado así lo hizo.
Paso el tiempo .
Fuimos un día a visitar al vecino y lógicamente preguntamos por Claudio.
Abrió los ojos grandes bajo la cabeza y nos contó .
Nunca se adapto al nuevo lugar--Dijo--
Y comenzó a matar a todas las gallinas así que tuvo que ir a parar a la olla...¡
Nos miramos con mi hijo... y nos fuimos muy apesadumbrados.